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El pago por móvil empieza a despegar

Autor: Ramón Jesús Millán Tejedor
Publicado en Comunicaciones World nº 181, IDG Communications S.A., 2003

INTRODUCCIÓN
El teléfono móvil es una herramienta de comunicación ya prácticamente imprescindible en nuestras vidas y sirve para mucho más que para hablar en movilidad. El mercado celular español cuenta con más de 34,6 millones de usuarios y se encuentra, como en la mayoría de los países europeos, cercano a la saturación (la tasa de penetración de casi el 85%); lo que ha llevado a todos los actores implicados a aunar intereses y buscar utilidades del agrado de los usuarios, que permitan mantener los crecimientos en beneficios impulsando los nuevos servicios de datos. Según datos de Durlacher Research, los ingresos por servicios móviles europeos pasarán de los 95.800 billones de euros en 2000 a los 176.400 millones de euros en 2005, aumentando el porcentaje de los servicios de datos desde el 6,8% al 44,7%, respectivamente.

Una de las aplicaciones más atractivas y de mayor potencial es el pago por móvil, también conocida como “m-payment” o “m-commerce”; sólo en Europa se espera que el número de transacciones sea superior a los 26.000 millones en 2006, según datos de Frost & Sullivan. Por ello, las entidades financieras, los procesadores de pago y las operadoras de telefonía se han implicado de lleno en el desarrollo de plataformas que permitan gestionar los pagos a través del móvil. El pago por móvil cuenta con tres grandes ventajas respecto al comercio en Internet tradicional: es más seguro, la implantación de móviles es superior a la de PCs, y las operaciones son más ágiles y sencillas. No obstante, muchos son los impedimentos con los que se ha encontrado este nuevo negocio; destacando, entre otros: la percepción de poca seguridad que tienen los usuarios y la inexistencia de una única solución abierta.



FUNCIONAMIENTO DEL PAGO POR MÓVIL
En primer lugar, es conveniente indicar, que el pago por móvil utiliza una tecnología suficientemente madura, por lo que cuando empiece a ser utilizado no generará malas experiencias que desincentiven su uso. En efecto, la experiencia acumulada por las operadoras móviles en la gestión de las transacciones de sus tarjetas de prepago y los exitosos servicios de SMS Premium (para la participación en concursos y sorteos) y de descarga de contenidos digitales (melodías, logos, juegos, etc.) han puesto a prueba toda la tecnología necesaria para gestionar millones de transacciones de pequeño importe en tiempo real.

Los sistemas de pago por móvil funcionan prácticamente con cualquier tipo de móvil, sobre la red GSM o UMTS de cualquier operadora, con contrato o prepago. El sistema está asociado a una o más tarjetas de débito o crédito; es decir, los pagos autorizados con el móvil, serán cargados a dicha tarjeta, estando la transacción sujeta a las mismas condiciones, límite de cantidad y crédito que ésta. Las operaciones de pago por móvil quedan así computadas junto a las operaciones realizadas con tarjeta y se liquidan de igual manera. Por lo tanto, es diferente al pago que están realizando en estos momentos muchos usuarios por los servicios de SMS Premium y de descarga de contenidos digitales, ya que estos cargos son realizados a la factura del teléfono móvil que emite el operador. De esta forma, el pago por móvil no sólo no compite con las actuales tarjetas, sino que puede fomentar su uso como un elemento mejorado de autentificación, teniendo como único inconveniente que la dichosa batería suele acabarse en el momento más inoportuno.

El proceso de alta en una plataforma de pago por móvil suele llevar alrededor de una semana y en él, se vincula la tarjeta con el número de móvil y se protege con un NIP (Número de Identificación Personal), que sólo conocerá el usuario. El NIP es un número de cuatro dígitos que puede ser modificado en todo momento por el usuario; recomendándose, por cuestiones de seguridad, que dicho NIP sea distinto al código secreto de la tarjeta de crédito.

En cuanto a la forma de autentificar tanto la compra como el pago, existen, básicamente, dos mecanismos. La primera alternativa, seguida por Mobipay, consiste en utilizar mensajes cortos de texto USSD; la otra, seguida por Paybox y CaixaMóvil, consiste en utilizar llamadas de voz automatizadas para autorizar la transacción y mensajes cortos de texto SMS para confirmarla. USSD (Unstructures Supplementary Services Data) es un protocolo de transmisión de mensajes que forma parte del estándar GSM, basado en sesiones transaccionales; es decir, a diferencia del conocido SMS, abre una sesión extremo a extremo que permite realizar diferentes operaciones en tiempo real evitando los retrasos por el almacenamiento y reenvío del mensaje, y que no se corta hasta que todas ellas se finalizan, evitando así el riesgo de pérdidas o duplicidades. Otra ventaja de USSD, es que puede utilizarse en zonas de mínima cobertura, donde no es posible enviar mensajes SMS o realizar llamadas. La única ventaja de autorizar el pago mediante una llamada de voz automatizada respecto a USSD, es que es un mecanismo más sencillo para los usuarios que no tienen mucha facilidad de manejo del móvil.

Básicamente, existen tres variantes de pago: el pago por referencia en un comercio tradicional u online, el pago convencional en un comercio tradicional y el pago convencional en un comercio online; en cualquiera de los casos, el proceso de compra dura un máximo de 30 segundos y, una vez finalizado, tanto el comercio como el usuario reciben un mensaje de confirmación con el número de la transacción, el comercio y el importe de la compra. En la compra por referencia, el comercio o un gestor de referencias proporcionan la referencia al cliente, que llamará a la plataforma de pago indicando dicha referencia, la cual le será traducida en un producto e importe que deberá confirmar con su número secreto. En la compra en comercios tradicionales, el cliente facilita el número de móvil al comerciante y éste llama a la plataforma de pago, comunicando el número de teléfono del cliente y el importe a cobrar; luego, la plataforma de pago llama al móvil del usuario, le informa del comercio y el importe a cobrar, y le pide el número secreto para confirmar el pago. Por último, en la compra en comercios en Internet, el usuario deberá marcar la opción de pagar mediante el móvil e introducir su número de móvil en la casilla indicada; estos datos son enviados por el comercio a la plataforma de pago a través de una conexión segura a través de Internet y la plataforma de pago llamará al cliente, informándole del comercio y la cuantía de la compra, debiendo finalmente el cliente confirmar el pago mediante su código secreto.



BENEFICIOS DEL PAGO POR MÓVIL
El pago por móvil es un medio idóneo para pagar en aquellas situaciones donde la tarjeta de crédito no es aceptada y la disposición de dinero suelto con el importe exacto es complicada; por ejemplo, en: las recargas de móviles, las entregas a domicilio, los taxis, las máquinas recreativas, o las máquinas expendedoras de refrescos u otros artículos. Probablemente, también será un medio de pago muy utilizado en compras compulsivas. La aplicación que más éxito está teniendo por ahora es la recarga del móvil, que puede ser realizada en cualquier momento y en cualquier lugar únicamente con una simple llamada o mensaje. Mediante el pago por móvil, es también posible enviar o pedir dinero a otra persona, sin necesidad de ir al banco y sin necesidad de conocer los datos bancarios del beneficiario. El dinero transferido a otro abonado será ingresado en la cuenta asociada a la tarjeta bancaria del usuario final.

Otra ventaja de utilizar el pago por móvil es su seguridad, pues la transacción de pago viaja encriptada a través de la red GSM, una de las redes de comunicación más seguras del mundo y, además, no es necesario proporcionar datos bancarios, número de tarjeta de crédito u otros datos confidenciales.

Por otro lado, el coste del pago por móvil es muy reducido para el usuario. Por ejemplo, Paybox aplica una cuota anual de 12 €, sin cobrar comisiones al realizar las compras; y Mobipay prescinde de la cuota anual, aplicando una comisión de 0,08 € por operación realizada. Para los comerciantes el coste también es menor, pues las comisiones que les aplican las entidades bancarias por el pago con tarjeta (alrededor del 3,5%) duplican a las que las aplican las plataformas de pago por móvil (alrededor del 1,75%), y el riesgo para el comercio es además mayor en el pago con tarjeta.



LAS RAZONES DE SU ESCASO ÉXITO
Los principales factores para que el servicio de telefonía móvil tenga éxito son: el precio, la facilidad de uso, la fiabilidad y la seguridad. Las cuatro premisas son cumplidas por el pago por móvil, pero la realidad es que este medio de pago, excepto en los países asiáticos, aún es visto como algo reservado a los “snobs”, del mismo modo que ocurría antes con el pago con tarjeta. Es decir, la primera explicación a su baja aceptación, es que está siguiendo la evolución natural que atraviesa cualquier tecnología emergente.

El pago por móvil, en contraposición a la percepción de muchos usuarios, es de los sistemas de pago más seguros que existen. Las redes móviles GSM reúnen todas las medidas de seguridad necesarias para un sistema de pago, y la llegada de UMTS permitirá ampliar aún más la seguridad, pues sus tarjetas SIM permiten un cifrado de seguridad mayor. Es más, en la transacción no es necesario proporcionar datos bancarios, número de tarjeta de crédito u otros datos confidenciales. Para malversar una tarjeta de crédito sólo es necesario su número y fecha de caducidad, es decir, no es necesaria la posesión física de ningún objeto. En cambio, para malversar un móvil como sistema de pago, es necesario poseer físicamente la tarjeta SIM del terminal, conocer el código de seguridad o PIN de dicha SIM y conocer el código NIP para la realización de transacciones de pago. Por si todo esto fuera poco, los dispositivos móviles más novedosos incorporan ya hasta un escáner de huella dactilar, que podría servir de protocolo de seguridad también al realizar cualquier pago.

De todos los impedimentos que se ha encontrado este nuevo negocio, el de más difícil solución, es la inexistencia de una única solución abierta. En estos momentos, existen en Europa múltiples sistemas de pago por móvil como: EMPS, Hutchinson, Mobipay, NatWest FastPay, Orange SHOP, Paiement CB sur Mobile, Paybox, Sonera Mobile Pay, Vodafone m-pay cards, etc.; librando entre ellos una dura batalla por imponer su metodología transaccional. Los comercios, al menos por el momento, suelen asociarse a una de las plataformas de pago móvil; de este modo, si el usuario está dado de alta en otra no soportada por el comercio, no podrá realizar pagos mediante su terminal. Esto es una seria desventaja, pero también era algo habitual en los años en que despegó el pago por tarjeta; además, actualmente solemos manejar más de un tipo de tarjeta con el consecuente aumento de la cartera, mientras que el mismo móvil puede trabajar simultáneamente con varias plataformas de pago o bien operar con una única plataforma asociada a más de una tarjeta. Para terminar con este problema, en febrero de este año, las operadoras de telefonía móvil Orange, Telefónica Móviles, T-Mobile y Vodafone, que suman más de 270 millones de clientes en todo el mundo, se aliaron con el objetivo de crear un estándar totalmente abierto e interoperable de pago por móvil. Otros operadores como KPN Mobile, O2 y TMN, ya han mostrado su interés en adherirse a esta plataforma, y los cuatro operadores fundadores están invitando ya a otros operadores a participar. La solución se podrá utilizar en diferentes países y operará bajo la marca común denominada Simpay.



EL PAGO POR MÓVIL EN ESPAÑA
El pago por móvil llegó a España a finales del año 2000, habiendo en la actualidad tres plataformas de pago operativas: CaixaMóvil, Mobipay y Paybox. Las tres plataformas suman alrededor de 250.000 clientes, que pueden pagar en tiendas físicas u online, como por ejemplo: Autotaxi Mercedes, Air Europa, Discolibro.com, Despegar.com, El Corte Inglés, Fnac, Halcón Viajes, IBM, Lotojuegos.com, Mangoshop.com, Mondial Assistance, The Phone House, Telepizza, etc. El pago por móvil está presente en tiendas de todo tipo: restaurantes, tiendas de deportes, tiendas de moda y complementos, tiendas de libros y discos, agencias de viajes, empresas de seguros, taxis, tiendas de móviles e informática, etc.

Paybox es la plataforma de pago que lleva más tiempo operativo en España, en concreto, desde noviembre de 2000. Esta compañía fundada en julio de 1999, tenía al Deustche Bank como principal accionista con más del 50% de su capital; no obstante, tras un proceso de reestructuración, el accionariado actual está compuesto en una minoría por el proveedor de servicios Debitel, perteneciendo el resto a los directivos y los empleados. Paybox es actualmente el líder mundial en sistemas de pago por móvil, con más de 750.000 usuarios registrados y más de 10.000 comercios asociados; estando presente también en países como Alemania, Reino Unido, Suecia y Austria. En España cuenta con más de 50.000 usuarios y más de 500 comercios online y 500 comercios tradicionales asociados. El sistema es, considerando que los usuarios de momento realizan pocas transacciones, más caro que el de Mobipay; sin embargo, soporta servicios adicionales como las transacciones entre particulares.

Mobipay es el resultado de la integración de Movilpago (BBVA y Telefónica Móviles) y Pagomóvil (BSCH, Airtel y Amena). Las tres operadoras de telefonía móvil GSM españolas (Amena, Telefónica Móviles y Vodafone), participan en igual medida en Mobipay, con un 40% entre las tres. En su accionariado están también, con un 12%, las sociedades de procesamiento de medios de pago: Euro 6000, Sermepa y Sistema 4B. Como entidades financieras caben destacar el BBVA y el BSCH, con un 10% del capital social cada una. El restante 28% está repartido entre un total de 90 entidades financieras españolas: Caja Madrid, Banco Popular, Banco Sabadell, Banesto, Bankinter, Cajamar, Caja España, El Monte, Unicaja, Caixa Galicia, Banco de Valencia, Barcklays Bank, Kutxa, Caja Navarra, etc. Mobipay empezó a funcionar en fase de pruebas en mayo de 2002 en Valladolid, y desde finales del año pasado se encuentra operativo a nivel nacional, buscando en un futuro próximo lanzarse a todo el mercado europeo. En estos momentos cuenta con más de 17.000 clientes y más de 2.800 comercios online y 1.700 comercios tradicionales asociados. Esta plataforma está rezagada respecto a sus competidoras en cuanto a número de usuarios, pero la importancia de los socios implicados y la capacidad de que éstos ofrezcan el sistema por su cuenta, pueden convertirla en breve en el líder nacional en pago por móvil. De momento sólo permite el pago en comercios tradicionales y online, pero en breve permitirá también las transacciones entre particulares.

La Caixa se desmarcó de la plataforma Mobipay en la que se integraron la mayoría de las entidades financieras españolas, lanzando CaixaMóvil a finales del año 2000. CaixaMóvil cuenta con más de 180.000 usuarios, aunque la mayoría lo utilizan únicamente para recargar el móvil. En la actualidad este sistema no ofrece, ni contempla a corto plazo, la posibilidad de pagar en comercios; únicamente permite, a través del servicio “Compra Segura”, pagar con el móvil en Internet. CaixaMóvil es, desde luego, la iniciativa más exitosa en nuestro país, pero la poca evolución de sus servicios y el hecho de que soporte únicamente las tarjetas emitidas por La Caixa, limitarán su crecimiento futuro.

Las enormes expectativas creadas por el pago por móvil en nuestro país, quedaron hace poco refrendadas por un el estudio "El negocio de los servicios y aplicaciones de telefonía móvil en el mercado residencial" de IBM Business Consulting Services, donde el 75% de los 700 usuarios encuestados, manifestó su interés en utilizar este medio de pago;: el informe concluía que este servicio se convertirá en la auténtica “killer application” de la telefonía móvil. Por el contrario, además de las barreras comunes a otros países en el pago por móvil, España presenta otra serie de dificultades para que termine de despegar este medio de pago. En España existen más de 50 millones de tarjetas de crédito y es la segunda potencia del mundo en número de cajeros automáticos por habitante por detrás de Hong Kong; sin embargo, éstos se utilizan para sacar dinero y pagar en metálico, a diferencia de otros países en los que los pagos por tarjeta están más extendidos. Es decir, el usuario tiene poca costumbre de pagar con tarjeta, sobre todo las compras de pequeño importe. Por otro lado, existe poco interés por parte de los comerciantes en sustituir el cobro en metálico libre de comisiones por un medio que sí las tenga.


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